Conocerse a uno mismo implica salir de tu zona de confort

-

El otro día estuve en un hostal “medio hippie” en Mindo, una zona turística a dos horas de Quito. En el hostal a la hora de la cena me puse a conversar con un chico chileno de 24 años que estaba viajando solo. Yo había ido de paseo con otros dos amigos. Cuando me dijo que hace un mes que estaba viajando solo inmediatamente me generó una gran inquietud y extrañeza que alguien de esa edad pudiera estar viajando solo.

Por eso lo primero que le pregunté con mucho respeto es “¿Por qué te aventuras a viajar sólo? ¿Qué ganas viajando solo?” Su respuesta me sorprendió muchísimo. Me dijo que viajaba solo para conocerse a sí mismo. Viajando solo salía de su zona de confort y al salir de la comodidad de las cosas y ambientes que conocía se ponía a prueba y al ponerse a prueba descubría sus fortalezas y debilidades.

Ponerte a prueba o salir de tu zona de confort te permite conocer áreas de tu vida que probablemente nunca vas a conocer si siempre nadas en la misma piscina. Cuando eres capaz de aventurarte a nadar en piscinas desconocidas o también en el mar o en el lago o en un río es que descubres otras capacidades o encuentras nuevos talentos que desconocías de tu vida.

Por eso te recomiendo que con frecuencia busques hacer cosas nuevas, aventúrate hacia sitios nuevos o desconocidos para ti. Aprende nuevas cosas. Relaciónate con personas que pueden pensar distinto a ti. Que la curiosidad te lleve a adquirir nuevos conocimientos o tener experiencias que te abran los horizontes y puedas así saber de qué estás hecho. Solo en la prueba o en la exigencia con desafíos importantes podrás encontrar ángulos insospechados de tu personalidad o carácter.